Los implantes dentales son uno de los más importantes avances en el ámbito de la odontología. El tratamientos con implantes permite sustituir piezas dentales perdidas con total seguridad y resultados similares a los del diente natural.

Un implante dental está constituido por una pieza metálica, fabricada con materiales osteointegrables, que se insertan en el hueso maxilar. Las especiales características con las que han sido desarrollados hacen que se integren perfectamente con el hueso (osteointegración), adquiriendo las propiedades de una raíz dental. Una vez emplazados por el dentista a través de un procedimientos quirúrgico, se coloca sobre ellos una pieza dental fabricada en el laboratorio con materiales cerámicos, con un aspecto y dureza similares al diente. El nuevo diente encaja perfectamente con el resto de piezas dentales, lo que permite recuperar la función masticatoria.

Gracias a su capacidad para integrarse perfectamente con el hueso mandibular, los implantes dentales son totalmente firmes, de forma que el paciente los percibe como un diente natural con todas sus funciones.

El implante dental puede soportar una única corona o pueden distribuirse varios implantes que dan sujeción a un puente dental, evitando las incomodidades de los puentes convencionales o de las prótesis removiles (dentaduras postizas). Además se evitar desgastar los dientes contiguos para soportar las prótesis.

Idoneidad del paciente.

Antes de saber si un paciente es apto para recibir un implante dental, es necesario realizar un estudio del hueso mandibular para determinar si tiene el grosor adecuado para poder soportar el implante. Además, es necesario que se trate de un hueso sano, con encía también sana. El dentista evaluará previamente la idoneidad de paciente.
 La colocación se realiza en una intervención quirúrgica que suele durar entre dos y tres horas. Esta intervención se realiza con anestesia local, sedación consciente o anestesia general. No es un procedimiento doloroso, aunque puede producir alguna molestia durante el postperatorio, que se trata con analgésicos. Una vez colocado es necesario un periodo de cicatrización que puede durar hasta seis meses, tiempo durante el que el implante se recubre de hueso, fijándose al maxilar.
 Una vez comprobada la correcta integración ósea se fija un perno que une el implante a la corona dental, y ésta se coloca sobre ambas, finalizando el tratamiento con implantes dentales.

Dr. Humberto Arias Fonseca. Odontólogo. Director de Clínica Odontológica Integral. Gijón. 

NOTA: Todos nuestros posts tienen un carácter informativo y divulgativo, y nunca sustituyen a la consulta con tu dentista.