En muchas ocasiones te hemos hablado de la necesidad de evitar la formación de placa dental como medida imprescindible para mantener tu salud dental. Pero ¿qué es exactamente la placa dental? ¿cómo se forma? ¿qué factores provocan su aparición? Pero sobre todo, ¿cómo puedes evitar su formación?
La boca humana un habitáculo ideal para la vida bacteriana. Buena parte de las bacterias que habitan en la cavidad oral son bacterias beneficiosas de muy diferentes tipos y en gran cantidad. Se calcula que existen unos 700 tipos diferentes de bacterias orales, y que en un mililitro de saliva se pueden encontrar entre 10 y 100 millones de estos seres microscópicos. En un beso de diez segundos se pueden compartir hasta 80 millones de bacterias.
Este «paraíso bacteriano» que alberga tu boca y que recibe el nombre de microbiota, posee funciones beneficiosas para nuestra salud. Las bacterias orales impiden el desarrollo de determinadas infecciones, como las provocadas por determinados hongos, por ejemplo.
Los problemas orales surgen cuando el «equilibrio» de la convivencia bacteriana se rompe, debido, principalmente, a la mala higiene oral. Entonces proliferan las «bacterias malas», aquellas que se nutren de restos de alimentos, hidratos de carbono y azúcares, formando una sustancia ácida que se adhiere al diente: la placa bacteriana. Si no se retira a tiempo, se mineraliza y endurece, convirtiéndose en una especie de «cemento» que se fija fuertemente a la superficie dental, formando el sarro.
El sarro se reconoce fácilmente por su aspecto entre blanco y amarillento, aunque no siempre se advierte a simple vista ya que puede acumularse en áreas no visibles, bajo el surco de la encía o en la cara anterior del diente.
Mientras comemos o cuando dormimos se está formando constantemente placa bacteriana, de ahí la importancia de cepillarse los dientes después de cada comida y, sobre todo, antes de acostarse. Sin embargo, si la placa se ha mineralizado y se ha convertido en sarro es imposible de eliminar utilizando solo el cepillo dental. Para removerlo tendrás que acudir a la consulta del odontólogo, como nuestros dentistas en Gijón, para realizar una limpieza dental profesional.
¿Cómo afecta el sarro a la salud de los dientes?
Ya hemos señalado que la placa bacteriana es una sustancia ácida provocada por la proliferación de bacterias. Es precisamente esta acidez la que causa daños en el esmalte, la capa exterior que cubre al diente y que lo protege de la acción de los alimentos y de la actividad bacteriana. La placa ataca al esmalte dental (el material más duro del cuerpo humano) dejando desprotegidas la parte blanda del diente, la dentina. Si esto sucede pronto entrarán en acción las bacterias causantes de la caries dental.
Pero la historia no acaba aquí. Porque la placa bacteriana también puede hacer estragos en tus encías. La acumulación de placa afecta al tejido gingival, provocando hinchazón y sangrado. Es la llamada gingivitis. En sus estados iniciales, la enfermedad periodontal o del periodonto (periodonto quiere decir «tejido que rodea al diente») afecta solamente al tejido gingival, inflamándolo. En este estado inicial puede revertirse con un tratamiento adecuado. Pero si avanza y evoluciona puede afectar a los tejidos más profundos del diente, como el hueso, dando lugar a la periodontitis. Es entonces cuando la cosa se complica, ya que al destruir los tejidos que soportan al diente, este empieza a moverse y corre el peligro de desprenderse.
¿Cómo evitar la placa bacteriana?
Seguramente ya habrás adivinado que la mejor forma de combatir la placa bacteriana es mediante la higiene dental diaria. Debes cepillarte los dientes al menos tres veces al día, después de cada comida. Solo una regular higiene dental adecuada evita la formación de la placa bacteriana. Te en cuenta que la placa bacteriana comienza a formarse entre las cuatro y doce horas posteriores a cada cepillado. Cuanto más efectivo sea el cepillado dental más tardará en hacer aparición.
Pero el uso del cepillo del dental no es suficiente para lograr una buena higiene dental. Debes acompañarlo siempre del hilo o de la seda dental que te permitirá acceder a aquellas áreas del diente a las que el cepillo no llega. Utiliza el hilo dental para limpiar cuidadosamente los espacios interdentales y el surco que se encuentra entre el diente y la encía.
¿Sabías que si no utilizas el hilo dental dejarás sin limpiar hasta el 40% de la superficie de tus dientes?
No olvides tampoco limpiar la lengua. Su superficie rugosa de la lengua es un área propicia a la acumulación de bacterias. Tu boca no estará limpia si tampoco lo está tu lengua. Para ello puedes utilizar un raspador o limpiados lingual que puedes adquirir en farmacias y tiendas especializadas.
Por último, recuerda visitar a tu dentista para realizar una exploración del estado de tu boca, al menos una vez al año. Como te hemos contado, la placa bacteriana y los acúmulos de sarro no son siempre perceptibles a simple vista. Pide cita con nuestro equipo de dentistas en Gijón para revisar el estado de tu boca. Te aconsejaremos cuál el tratamiento más adecuado para tu caso.
Dr. Humberto J. Arias Fonseca. Odontólogo. Director de Clínica Odontológica Integral Dr. Arias. Gijón.
Nota: Todos nuestros posts tienen una intención divulgativa e informativa y en ningún caso sustituyen a la consulta con el dentista.