El Diccionario de la Real Academia Española define la dentera como una «sensación desagradable en los dientes y encías que se produce especialmente la comer sustancias ácidas, oír sonidos chirriantes o tocar ciertos cuerpos». Pero, ¿qué sabe la Odontología de este fenómeno?

La dentera, también denominada, tiricia, se manifiesta como una reacción desagradable e involuntaria del cerebro a un estímulo sonoro, táctil o visual, pero también ante un recuerdo desagradable. Se tata de una forma de rechazo o sensación de grima que se percibe como negativa y que se tiende a evitar. La dentera constituye un conjunto de síntomas difuso que se manifiesta de diferente forma en los individuos, generalmente en los dientes y encías en forma de contracción y hormigueo desagradable. El individuo experimenta pequeños calambres en la boca que irradian desde las encías hacia lo dientes, pero también hacia el exterior de la cara, acompañados de escalofríos, piel de gallina y vello de punta. También puede provocar tensión muscular y aumento del ritmo cardíaco.

Causas de la dentera.

No se sabe a ciencia cierta cuál es el origen de la dentera. Su origen podría encontrarse en el sistema nervioso autónomo,  la parte del organismo que controla acciones involuntarias como la respiración, la digestión o el latido cardíaco. De este modo, se trata de una reacción involuntaria e inevitable; lo único que podemos hacer es tratar de evitar los estímulos que la causan.

Algunos estudios han demostrado que determinadas señales acústicas que causan dentera poseen características físicas similares a las del llanto de un bebé, por lo que esta sensación desagradable podría estar asociada mecanismos de supervivencia muy básicos. Se sabe, por ejemplo, que el sonido que surge al tocar una pizarra con las uñas es similar al empleado por ciertos macacos para advertir de un peligro a la manada. Sonidos de este tipo podrían haber sido empleados por primates durante la noche como forma de advertencia ante amenazas.

Sonido y tacto.

No existe una única sensación que cause dentera. Además, puede variar de unas personas a otras, mientras que para unas un determinado estímulo provoca esta reacción no voluntaria, para otras ese mismo estímulo no causa ninguna sensación negativa.

Sin embargo, pueden identificarse un conjunto de estímulos que la mayor parte de las persona asocian a esta sensación desagradable:

  • Sonidos desagradables: el chirriar de una tiza en la pizarra o de otros objetivos, gritos agudos, sonido provocado por el arrastre de muebles…
  • Morder o chupar objetos o alimentos: hielo, trozos de tela, piel de melocotón, el palo de un helado, morder un limón…
  • Tacto: arañar una pared de cal, tocar un globo, tocar una pizarra con las uñas, secarse el ombligo tras la ducha, arrastrar los cubiertos sobre un plato cerámico…

Predisposición a la dentera

No existen personas más sensibles a experimentar dentera o tiricia, pero sí hay personas más sensibles a los estímulos sensoriales, sonoros o táctiles. La Sociedad Española de Nerología señala en un estudio que la situación del individuo que experimenta la dentera determina su intensidad. Así, afecta más a quien está relajado que a quien experimenta altos grados de estrés, lo que encaja con la explicación biológica ligada a mecanismos de defensa.