Todos nuestros dientes presentan un cierto grado de movilidad fisiológica, totalmente natural, en especial los dientes unirradiculares (con una sola raíz). Un aumento movilidad del diente, esto es, un desplazamiento anormal de la pieza dental, constituye el síntoma de alguna patología que puede comprometer su integridad. ¿Cuáles son las causas de la movilidad dental? ¿Cómo debe tratarse?

La natural sujeción del diente es un signo de buena salud dental. La solidez de la unión de una pieza dental se debe al periodonto, esto es, el conjunto de tejidos (encía, ligamento periodontal, cemento y hueso alveolar propio) que rodean y soportan los dientes manteniéndolos en los huesos maxilar y en la mandíbula. Esta sólida unión nos permite realizar acciones como rasgar, cortar o triturar alimentos con normalidad.

Pero en ocasiones, la movilidad dental puede aumentar debido a causas externas como un traumatismo, o a problemas orales, es el caso de la enfermedad periodontal. La movilidad del diente nos indica que existe algún problema en alguno de los tejidos del periodonto, que debe tratarse para no acabar perdiendo definitivamente la pieza dental.

Grados de movilidad dental.

Si observas que alguno de tus dientes se mueve sin causa aparente, o tras algún tipo de traumatismo, debes acudir de forma inmediata a tu dentista. Lo primero que hará el odontólogo será valorar el grado de movilidad dental.

Grado 0. No se detecta movilidad. < 0,2 mm.
Grado 1. Desplazamiento horizontal entre 0,2 mm y 1 mm.
Grado 2. Desplazamiento horizontal mayor de 1 mm.
Grado 3. Existe desplazamiento intrusivo o vertical.

El segundo paso será determinar en qué grado se encuentran afectadas las estructuras del periodonto, por lo que puede ser necesaria la realización de una radiografía, especialmente en los casos de traumatismos, con el fin de descartar un rotura de la raíz.

Movilidad por traumatismos.

Dependiendo de los casos, si la movilidad dental es horizontal y no existe desplazamiento del alvéolo, el paciente deberá llevar una dieta blanda durante un tiempo, utilizar un cepillo de dientes de cerdas suaves y acudir periódicamente a la consulta del dentista para hacer un seguimiento clínico y radiográfico de la evolución de la pieza. En caso de que exista un desplazamiento vertical, será necesario reposicionar el diente y estabilizarlo mediante un férula, además de realizar un control clínico periódico.

Movilidad por enfermedad periodontal.

La segunda causa más habitual de movilidad dental es la enfermedad peridontal. La acumulación de placa bacteriana en el diente afecta a los tejidos que lo soportan, debilitando su estructura, lo que hace que el diente comience a moverse.

En estos casos es necesario determinar el grado de afectación de los tejidos periodontales, mediante una revisión clínica y radiográfica. Tras la valoración por parte del odontólogo, este puede indicar la realización de una tartrectomía supragingival y subgingival para evitar que la enfermedad periodontal avance.

Los pacientes que sufren movilidad dental debido a la enfermedad periodontal deberán aplicar técnicas de higiene dental que incluyen el uso de la seda dental, cepillos interproximales, y colutorios o pastas dentales específicas, en caso de que así lo indique el odontólogo.

Para garantizar el éxito del tratamiento y evitar la pérdida de la pieza dental será necesario realizar un seguimiento clínico y un mantenimiento continuado, con prueba radiográficas y diagnósticas.

Dr. Humberto J. Arias Fonseca. Odontólogo. Director de Clínica Odontológica Integral. Gijón.

Nota: Todos nuestros posts tienen un carácter informativo y divulgativo y en ningún caso deben sustituir a la consulta con el dentista.