La situación excepcional generada por el Coronavirus exige adaptar los hábitos de higiene oral con el fin de minimizar los riesgos de contagio. Ahora más que nunca es necesario adoptar medidas de protección y prevención de cara al cepillado de tus dientes. Por eso te recomendamos que tomes las siguientes precauciones:
- Lávate las manos. Esta es una de las recomendaciones más insistentes que han trasladado las autoridades sanitarias debido a que el virus pasa muy fácilmente a las mucosas orales. Recuerda lavarte las manos con agua y jabón durante al menos 40 segundos antes de tocar el cepillo dental. Realiza un lavado de manos concienzudo, prestando atención a las zonas entre los dedos y las palmas de las manos.
- Cepíllate normalmente. Cepíllate los dientes de forma habitual, al menos dos veces al día, con una pasta dental fluorada y durante al menos 2 minutos. El cepillado previo a acostarse es imprescindible, acompañado del uso de la seda dental.
- Lava el cepillo de dientes. Una vez realizado el cepillado debes lavar tu cepillo de dientes con abundante agua. Para ello colócalo bajo el chorro de agua del grifo, preferiblemente templada, frotando las cerdas para eliminar cualquier resto que haya podido acumularse.
- Desinfecta el cepillo de dientes. Durante la epidemia es necesario tratar de reducir al máximo el riesgo de exposición al virus. Hay personas portadoras que desconocen su estado, por lo que es fundamental reducir la carga viral. Para reducir al máximo la presencia del virus en tu cepillo dental puedes sumergirlo en una solución de povidona iodada diluida al 0.2%. En el caso de personas que sean alérgicas al iodo pueden es usar agua oxigenada diluida en agua al 1%. Basta con sumergir el cabezal del cepillo en la solución durante 1 minuto. Puedes cambiar tu cepillo de dientes con mayor asiduidad, al menos una vez al mes frente a los tres meses recomendables de forma habitual.
- Seca el cepillo de dientes. La humedad puede favorecer la presencia de virus y la proliferación de bacterias y hongos. Sujeta el cepillo dental por el mango y sacúdelo de forma enérgica para expulsar el exceso de agua. Una vez sacudido, colócalo con el cabezal hacia arriba para que se pueda secar completamente.
- Guarda tu cepillo dental. No dejes el cepillo dental en una zona desprotegida, como en el lavabo o próxima al inodoro. Lo más recomendable es que lo guardes en un armario, aireado y alejado de cualquier foco de infección.
- Lejos de otros cepillos. Si convivís varias personas en tu hogar, es importante que no se roces para evitar la propagación de microorganismos. Por eso es recomendable guardarlos es espacios separados.
- Lávate nuevamente las manos. Una vez finalizado el proceso, debes lavarte nuevamente las manos con agua y jabón, durante al menos 40 segundos