La caries es un problema de salud dental muy frecuente en los niños. El consumo excesivo de azúcares o una mala higiene dental están asociados a la presencia de esta patología en los más pequeños. Que estos tomen conciencia de la caries como enfermedad, sus causas y consecuencias, es fundamental como punto de partida para la prevención temprana.

La caries es, sin duda, la enfermedad bucodental más común. Sin embargo, los más pequeños, incluso los adultos, tienden a no percibirla como una enfermedad, ya que, al menos inicialmente, no produce molestias ni dolor. Solo cuando la caries avanza y alcanza los tejidos más profundos del diente, saltan las alarmas.

La caries es una patología habitual en la primera etapa de la vida. Es en la infancia cuando es necesario consolidar los cuidados bucodentales, el principal es la higiene bucodental. Es importante que los menores entiendan qué es la caries, cómo se produce y qué debe hacerse para combatirla. La explicación de este proceso debe ajustarse a la edad del menor y debe incluir siempre la relación que existe entre la salud de los dientes, la higiene bucodental y el consumo de determinados alimentos, entre ellos, el azúcar. La labor de los padres es fundamental en este proceso educativo.

¿Cómo se produce la caries?

Son los padres quienes deben explicar a los niños como se produce la caries. Para ello, deben hacerlo de forma sencilla. Por ejemplo, explicando que esta se produce por la acción de las bacterias que viven en la boca. Cuando estas aumentan consiguen dañar al diente creando cavidades u orificios, la caries. A pesar de que es el diente es muy duro, la bacterias logran romperlo y entrar en él.

Para reducir la presencia de las bacterias que viven en la boca es necesario cepillarse los dientes al menos dos veces al día con pasta con flúor, por la mañana y por la noche. Además, es necesario reducir el consumo de azúcares ya que el azúcar es el alimento de las bacterias que provocan la caries.

Visitas al dentista

La primera visita al dentista debe producirse al cumplir el primer año de edad. Las revisiones odontológicas tempranas permiten detectar problemas o enfermedades de forma precoz, con el fin de prevenirlas, pero, sobre todo, permiten familiarizar al menor con la consulta y la atención del dentista.