Las aftas bucales constituyen una de las alteraciones más frecuentes que afectan a los tejidos blandos de la cavidad oral. Pueden aparecer en los carrillos, los labios o la lengua, o incluso en el velo del paladar o las encías. Su aparición puede estar asociada a diversos factores. En la mayor parte de los casos desaparecen espontáneamente, y solo en contadas ocasiones requieren de tratamiento farmacológico.

Las aftas o llagas bucales son pequeñas ulceraciones que aparecen en los tejidos blandos de la boca que se inician con una mancha roja, y evolucionan hasta adquirir un color blancuzco, con un halo rojizo a su alrededor. Además provocan dolor, lo que genera dificultad para realizar la masticación.

La aparición de aftas puede estar asociada a varios factores:

  • Lesiones mecánicas provocadas por un mordisco involuntario, alimentos duros, restauraciones dentales mal ajustadas, ortodoncia, o un cepillado dental agresivo.
  • Infecciones víricas o alteraciones del sistema inmunitario.
  • Cambios hormonales, durante el ciclo menstrual o en el embarazo.
  • Factores hereditarios.
  • Tensión emociones y estrés.
  • Carencia de ciertas vitaminas y minerales, como el hierro, el ácido fólico o la vitamina B12.
  • Determinados fármacos y tratamientos médicos.
  • VIH

Evolución y tratamiento de las aftas bucales

En general. no constituyen un problema bucodental grave. Suelen evolucionar favorablemente en un periodo de una o dos semanas, si bien se presentan con dolor lo que puede provocar dificultades para la masticación o la deglución de alimentos. Aunque desaparecen espontáneamente en la mayor parte de los casos, para facilitar su curación pueden emplearse colutorios especiales, pomadas y geles con ácido hialurónico, o enjuagues de agua fría con sal. También se recomienda chupar hielo y evitar los cítricos y las comidas excesivamente condimentadas.

Si la aparición de las aftas es recurrente, será necesario determinar cuál es la causa que las producen y en caso necesario tratar de corregir el motivo que las produce, como puede ser déficits alimentarios o determinados medicamentos.

En los casos en los que las aftas perduren durante más tiempo del habitual, es necesario acudir a la consulta del odontólogo con el fin de determinar las causas, como pueden ser infecciones por herpes, alergias a alimentos o medicamentos, un liquen plano ampollar, un eritema multiforme o incluso un cáncer oral. En todas estas patologías la aparición de llagas constituye un síntoma común.

Solo en los casos más graves, el odontólogo puede indicar el uso de inmunomoduladores como la talidomida o pentoxifilina. El uso de estos fármacos debe llevarse a cabo con supervisión facultativa y un seguimiento de la evolución de las lesiones.

Dr. Humberto J. Arias Fonseca. Odontólogo. Director de COI.

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